En 1504 Hernando Colón regresa a Sevilla tras acompañar a su
padre en su cuarto y último viaje al continente americano.
Aunque apenas ha cumplido los 16 años, aprovecha su estancia para recorrer algunos de los lugares donde había pasado su niñez, sobre
todo el monasterio de Santa María de las Cuevas, donde se encontraba fray
Gorricio, un monje cartujano al que apreciaba especialmente.
En una de estas visitas el joven Hernando plantó en uno de los huertos cartujanos las semillas de un ombú o zapote, frondoso
árbol originario de la Pampa que puede vivir durante siglos.
De hecho aún hoy, con el antiguo monasterio convertido en Museo de Arte Contemporáneo, se alza majestuoso el ombú que plantara don Hernando,
desafiando el tiempo y de paso manteniendo viva su memoria.
Monasterio de la Cartuja