A mediados de 1857 un jovencísimo Gustavo Adolfo Bécquer aprovechó la complicidad de la madrugada para pintar su nombre en la fachada del convento de San Clemente el Real, de Toledo.
Según cuenta Manuel Palencia, mas de 150 años después, aún se puede ver el testimonio de esta "gamberrada" del genial poeta romántico en la portada plateresca del templo toledano.
Imágenes: Wikimedia, elcultural.es (fotografía de Laura Ramírez)
No hay comentarios:
Publicar un comentario