Así era conocido antaño el tramo de calle comprendido entre la Plaza de la Virgen de los Reyes y Alemanes.
Según parece, recibía ese nombre popular por ser una zona de confluencia de vientos que provocaban bastantes resfriados y pulmonías letales en los muchos religiosos que pasaban por ella día tras día camino de la Catedral o el Palacio Arzobispal.
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